En Marabunta el respeto es puntualidad, humildad y corrección, es sana convivencia y competencia leal; es hidalguía, mesura y corrección en el triunfo, y asimismo grandeza y reconocimiento en la derrota.
La amistad se forja en la solidaridad dentro y fuera de la cancha y sus códigos trascienden el tiempo y construyen el espíritu del juego.
En los deportes como en la vida el espíritu de sacrificio no se logra con las buenas intenciones, se desarrolla haciendo esfuerzos por superarse y desarrollando la vocación de servicio, comprometiéndose con el equipo y con los objetivos del club en general.